Afinación


La primera condición sin excepción que se requiere para realizar bien este oficio, es decir, ser un buen afinador, es una condición innata, ya que está en relación a la capacidad auditiva, a esto se le suma una segunda condición adquirida, relacionada con una larga experiencia. Hay que tener un oído excelente y entrenado.

Actualmente gracias a los avances tecnológicos se cuenta con herramientas electrónicas de medición, que si bien no suplantan al oído humano nos ayudan en nuestra tarea perfeccionándola.

Cuento con las condiciones anteriormente mencionadas, una sobresaliente capacidad auditiva y 30 años de trayectoria en la afinación de pianos. He aprendido este oficio de la única manera que se puede aprender, con buenos maestros en un taller y durante muchos años de práctica.

Un piano debe afinarse cada seis meses cuando su uso es moderado y se debe aumentar la frecuencia de las afinaciones si el uso es intenso.